Autor: Alcides Carreño Blas.
Los Embajadores Criollos: Rómulo Varillas, Alejandro Rodriguez y Carlos Correa.
(Letra)
¡Déjala, pobre madre!, déjala que se duerma,
no ves que sufriría si vuelva a despertar;
no sabes que postrada la tiene el mal de reuma
y hace varios años no puede caminar.
La culpa es tuya, hermano, de verla en este lecho
sufriendo las torturas de cruel enfermedad,
por eso yo quisiera, hermano en mi derecho,
que huyas para siempre y olvides a mamá.
Anda bien tranquilo, que yo he de cuidarla,
como lo hice desde el día en que ella se enfermó,
porque yo soy un hijo que siempre he de amarla,
aunque la viejecita se la lleve Dios.
En cambio tú hermano, sigue con tu destino
y nunca más intentes volver a regresar...
¡Ándate para siempre por ese mal camino! ...que te llevará un día muy lejos de tu hogar. (X2)
Adiós, hermano mío, estrecha en despedida
la mano de este hermano que siempre te apreció,
y quiera Dios que un día aprecies en la vida
los crueles sufrimientos que por ti mamá sufrió.
Anda bien tranquilo, que yo he de cuidarla,
como lo hice desde el día en que ella se enfermó,
porque yo soy un hijo que siempre he de amarla,
aunque la viejecita se la lleve Dios.
En cambio tú hermano, sigue con tu destino
y nunca más intentes volver a regresar...
¡Ándate para siempre por ese mal camino! ...que te llevará un día muy lejos de tu hogar. (X2)
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