Alessandro Grandi - O quam tu pulchra es
Julie Hassler
Le Concert Brisé
William Dongois
Alessandro Grandi compuso muchos motetes a solo que empleaban los nuevos estilos de monodia.
Su O quam tu pulchra es, publicado en 1625 en la compilación Ghirlanda sacra de Leonardo Simonetti, fusiona elementos de recitativo, madrigal solista y aria lírica. Los estilos cambiantes reflejan los estados de ánimo del texto, extraído del Cantar de los Cantares, libro del Antiguo Testamento cuyo diálogo entre dos amantes se consideraba una metáfora del amor de Dios por su Iglesia. Sobre un elaborado y envolvente bajo continuo, la voz declama el texto de una forma muy monteverdiana. Siempre al servicio del texto, Grandi no hace llenar el canto de excesivas florituras sino que, con distintos cambios de ritmo y tonalidad, se acerca a las palabras.
El romance expresado en el texto bíblico sirve para articular musicalmente la intensidad de la comunión con la divinidad. El Talmud y los comentaristas judíos medievales consideraron al Cantar de los Cantares un diálogo alegórico entre Dios e Israel, en el que Dios es el amante e Israel la amada. Quizá gracias a esta interpretación el libro ha sido incluido en el canon hebreo, a pesar de una importante oposición. La tradición eclesiástica cristiana ha interpretado al libro como las relaciones de Dios con la Iglesia o con el alma individual, o bien como un diálogo que describe el amor de Jesús por su novia, la Iglesia.
Ciertamente, existen elementos que los compositores de principios del siglo XVII, como Gabrieli, Grandi o Monteverdi, comparten con compositores de la primera mitad del siglo XVIII, como Vivaldi o Bach, en particular su concentración en el movimiento de los afectos (o emociones). Los compositores del periodo barroco buscaron medios musicales de expresar o suscitar los afectos, esto es, emociones como la tristeza, la alegría, la cólera, el amor, el miedo, el entusiasmo o el asombro. La música sacra, y por ende la litúrgica, no quedó exenta de tal búsqueda.
O quam tu pulchra es,
Amica mea, columba mea,
Formosa mea
Oculi tui columbarum
Capilli tui sicut greges caprarum
Et dentes tui sicut greges tonsarum.
Veni de Libano, veni coronaberis.
Surge propera, surge sponsa mea,
Surge dilecta mea, immaculata mea,
Surge, veni, quia amore langueo.
¡Oh, cuán bella eres, amiga mía,
paloma mía, hermosa mía!
Tus ojos como bandadas de palomas,
tus cabellos como rebaños de cabras,
tus dientes como rebaños de ovejas.
Ven del Líbano, ven para ser coronada.
Levántate, acércate, esposa mía,
querida mía, inmaculada mía,
levántate y ven, que muero de amor.
Imágenes: Obras de Dante Gabriel Rossetti
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