La enfermedad de Alzheimer es neurodegenerativa y su evolución es lenta y progresiva. Afecta la memoria, el juicio, el razonamiento, y el lenguaje. Según la Organización Mundial de la Salud 139 millones de personas en el mundo tendrán esta enfermedad hacia 2050.
En Uruguay serán 112.000, un crecimiento del 107%. Su prevalencia aumenta en mayores de 65 años de forma exponencial, sin embargo, tener Alzheimer no es sinónimo de vejez. La neuróloga, Alicia Silveira, explicó la importancia de tomar en cuenta de manera temprana la aparición de síntomas neuropsiquiátricos.
La especialista, que expondrá en un webinario sobre “demencias” junto a las Academias Nacionales de Medicina de Buenos Aires, y Francia, señaló que un diagnóstico temprano y oportuno permite una mejor calidad de vida. “Cada vez más se trata de llegar al diagnóstico precoz” indicó Silveira. La especialista recordó que hay consenso internacional en la importancia de tomar medidas desde los hábitos para prevenir el deterioro cognitivo.
La neuróloga informó que “no hay ningún fármaco que cambie nuestro cerebro pero se puede cambiar la evolución” y que “la depresión no tratada puede ser un factor de riesgo”. Aunque existen terapias farmacológicas y no farmacológicas que permiten en ciertas etapas de la enfermedad el control de los síntomas conductuales y un mejor desempeño en la vida diaria, no existe aún tratamiento curativo.
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