Desde la llegada de los aviones del alto comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados, jóvenes saharauis se han ofrecido como voluntarios para descargar la cargar, para más tarde enviarla a los almacenes de la media luna roja saharaui.
Los jóvenes han dejado de lado sus labores personales y las de sus familiares para implicarse en una labor que beneficia a todo su pueblo, poniendo en exposición los valores del pueblo saharaui, basados en la solidaridad, el compañerismo y el amor al prójimo.
Jóvenes que durante el día están enrolados sus empleo por la noche se trasladan hasta el aeropuerto de Tinduf para descargar una aeronaves, que en otros países se descarga con maquinaria o con personal asalariado. Pero en los campamentos saharauis el único salario es el bienestar de los más desfavorecidos, y más en estos momentos en los que miles de familias lo han perdido todo. Excepto las ganas de seguir luchando.
Los jóvenes que trabajan más de 8 horas seguidas, han sorprendido a los trabajadores de Acnur y a la tripulación de la aeronave, al ver el compañerismo y la solidaridad y sobre todo el amor al trabajo desinteresado, valores que el pueblo saharaui conserva, y que le son reconocidos por todo el mundo
