La zona ocupada por inmigrantes ilegales que buscan llegar a Estados Unidos de manera ilegal se ha ido vaciando desde el 4 de junio, cuando Joe Biden emitió una orden ejecutiva para cerrar la frontera en caso de afluencia.
Un cambio radical. Hasta hace unas semanas, la frontera entre México y Estados Unidos estaba plagada de pequeños y precarios asentamientos construidos frente al muro fronterizo. Allí, los migrantes pasaban sus últimas noches en suelo mexicano antes de entrar ilegalmente a Estados Unidos y pedir asilo a la Patrulla Fronteriza. Ahora, lo único que queda son los anchos rollos de alambre de púas.
"En febrero todavía había casi 3.000 personas acampadas aquí. Es difícil imaginarlo cuando hoy somos apenas 10", dijo Luis (que no quiso dar su apellido), un mexicano que desde noviembre de 2023 vive en lo que queda de este campamento en el poblado de Matamoros, en el estado de Tamaulipas, fronterizo con Texas.
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