En un intento fallido de abordar un barco comercial, los piratas se encontraron con un conjunto avanzado de equipos anti-piratería. Desde dispositivos LRAD que emiten sonidos ensordecedores hasta cañones de agua y alambres de púas, las medidas defensivas del barco lograron repeler el ataque. Estos métodos, combinados con tácticas navales y la cooperación internacional, están diseñados para proteger a las embarcaciones en aguas peligrosas como las de Somalia y el Golfo de Guinea, donde los objetivos principales de los piratas varían. Aunque los barcos de carga no están armados, las armadas de diferentes países juegan un papel crucial en la lucha contra la piratería, proporcionando una defensa adicional y asegurando rutas marítimas clave.
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