El gran amor de Wallis Simpson no fue Eduardo VIII, el rey que acabó abdicando para casarse con aquella ambiciosa americana dos veces divorciada, sino un plebeyo al que persiguió sin éxito incluso ya convertida en duquesa de Windsor. Así lo sostiene Andrew Morton en una nueva biografía sobre la mujer que, después de originar una grave crisis constitucional en Reino Unido, estuvo dispuesta a despreciar al hombre que había renunciado al trono por ella. Y si no lo hizo fue solo porque no pudo.
![](https://i.ytimg.com/vi/WPsvxAfZPdE/mqdefault.jpg)