El verano pasado, la liga saudí hizo importantes movimientos que sacudieron el mercado de fichajes europeo, lo que llevó a muchos a pensar que Europa no podría competir con los petrodólares árabes. Se decía que la liga saudí pronto se convertiría en la competición de clubes más importante, superando incluso a la Champions League, y que todos los grandes futbolistas querrían ir allí. Sin embargo, un año después, parece que todo se ha calmado y esa idea catastrofista está más lejos que nunca. En este video, exploramos por qué la liga saudí se ha enfriado y por qué el proyecto parece destinado al fracaso.
La primera razón es que realmente el año pasado no se fueron jugadores de tanto nivel. Mahrez, Fabinho, Mané, Kanté, Laporte, Carrasco, Cristiano, Neymar y Benzema son todos grandes jugadores, pero la mayoría tenía más de 30 años y estaban en la recta final de sus carreras. Ningún club europeo iba a pagar los salarios que pedían ni las cantidades de traspasos que demandaban sus clubes, pero los equipos saudíes sí lo hicieron.
Muchos se preguntaban qué pasaría cuando los saudíes apuntaran a las jóvenes promesas, como Gabri Veiga. Sin embargo, los clubes europeos no iban a dejar salir tan fácilmente a sus promesas como a sus veteranos. Si Veiga se marchó, fue porque estaba en el Celta de Vigo, un equipo que no podía igualar las ofertas saudíes. Situaciones similares ocurrieron con la liga china y la liga estadounidense en el pasado, que intentaron crear grandes competiciones pero terminaron siendo destinos para jugadores al final de sus carreras.
La gente cree que es fácil crear una gran competición fichando a 30 o 40 buenos jugadores, pero la realidad es que la Saudi Pro League se encuentra en el décimo puesto según su valor de mercado, por detrás de ligas como la belga, turca o neerlandesa. Hay ocho equipos en Europa con más valor que toda la liga saudí entera.
Otra razón por la que el proyecto saudí no funcionará es económica. Aunque tienen mucho dinero, es inviable pagar las cifras astronómicas que ofrecen por cada jugador. Dar 200 millones al año a Cristiano puede ser rentable por todo lo que mueve el futbolista portugués, pero pagar de 50 millones para arriba al resto de los jugadores es insostenible a largo plazo. Además, no todo es dinero para los jugadores. Jordan Henderson, por ejemplo, abandonó Arabia Saudí después de media temporada debido a las condiciones climáticas, de vida, de cultura y las cláusulas que tenía que cumplir. Henderson también mencionó que odiaba jugar en campos vacíos.
Otro motivo del fracaso saudí es la falta de pasión e historia en el fútbol. Nadie se interesa por la liga saudí, lo que la hace intrascendente a medio y largo plazo. Los aficionados no se compran con billetes.
Muchos jugadores seguirán yendo a Arabia por las ofertas irrechazables, como Nacho, Rakitic o Aubameyang, que al final de sus extensas carreras buscan un último gran contrato. También habrá jóvenes que prefieran el dinero a triunfar deportivamente, y jugadores en un buen momento de su carrera que ya no tengan mucho más que demostrar en Europa, como Mousa Diaby, Milinkovic-Savic o Ruben Neves. Además, algunas estrellas al final de su carrera, como Kevin De Bruyne, podrían considerar irse. Aunque le queden un par de buenos años en Europa, no es un drama si se va, porque el verdadero talento del fútbol siempre estará en Europa.
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