La saga alemana ‘Un verano en…’ visita en esta ocasión la Provenza. Charlotte viaja a esta zona francesa para recibir una herencia de su tío Oliver. Sin embargo, algunas sorpresas harán que la joven tenga que quedarse más tiempo del que pensaba.




Cuando era niña, Charlotte (Julie Engelbrecht) estaba más a menudo en Bretaña, pasaba el verano sin preocupaciones con su tío. Entonces el contacto se interrumpió porque su tío se había peleado con la madre de Charlotte. Después de su muerte, Charlotte, que ahora tiene poco más de treinta años y es consultora administrativa, visita el pequeño castillo en el pintoresco paisaje por primera vez desde entonces.

El tío le ha dejado a su muerte un edificio de piedra natural situado idílicamente entre campos de lavanda. La otra mitad hereda a André (Bruno Bruni), su mejor empleado y funerario por convicción. Según el testamento, los dos están condenados a estar de acuerdo. Pero esto es difícil porque André, con sus colegas Gilbert (Tony de Maeyer) y Emilie (Mathilde Irrmann), quienes mantienen un enfoque inusualmente abierto a la muerte, desea desesperadamente continuar el trabajo de la vida de su padre adoptivo, mientras que Charlotte quiere venderlo lo antes posible.

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