LUIS MIGUEL Y PALOMA CUEVAS: SUS AMORES SUS NEGOCIOS, Y SU NUEVO RENACER AL LADO DE LUIS MIGUEL.
Paloma Cuevas lleva la elegancia por montera. Y no es de extrañar que usemos un símil tan taurino, para definir el talante de una de las mujeres más elegantes, y bellas, de nuestro país.
Hija del torero, y más tarde apoderado Victoriano Valencia, y de la bailaora de flamenco, Paloma Díaz.
Se ha convertido con el paso del tiempo en una brillante empresaria y en una reconocida diseñadora.
Aunque nació en Madrid, fue en Córdoba donde Paloma Cuevas pasó su infancia.
Fue allí donde discurrieron algunos de los mejores años de su vida, y es allí donde vuelve siempre que tiene ocasión.
Así opina la hija mayor de Rocío Dúrcal,
Carmen Morales revela cómo era Paloma Cuevas en la universidad
Paloma Cuevas y Carmen Morales coincidieron estudiando en la Universidad de Boston hace 30 años, y desde ese momento tienen una bonita amistad que perdura en el tiempo,
Estudiamos juntas en la universidad en Boston, así que, imagínate, es una niña maravillosa”, comenzaba explicando Morales en una publicación de ‘Chance,
Iba siempre guapísima, arregladísima siempre, superguapa con ese pelazo que tiene. Coqueta desde que teníamos 18 añitos, siempre, desvelaba en la citada publicación, sobre cómo veían sus compañeros a la novia del astro Rey.
Diseñadora y empresaria de éxito.
Licenciada en Empresariales, gestora de la explotación de aceite de la finca familiar, empresaria y diseñadora.
Paloma, no deja de cosechar éxitos por sus trabajos, entre sus logros figura, haber recibido la Medallas de Oro Mayte Spínola 2022, un premio que le fue concedido por su contribución al mundo de la moda, además de convertirse año tras año, en una de las mujeres más elegantes de nuestro panorama nacional.
¿Su secreto? Una alimentación sana, deporte, y un don innato para lucir como nadie cualquier conjunto que se ponga.
Acostumbrada a que en su casa se hablara de toros, a Paloma le gustaba acompañar a su padre de vez en cuando a las plazas para ver torear a las nuevas promesas, y fue durante una de esas tardes, concretamente una de 1992, cuando un joven Ponce, trató de impresionar en el ruedo al apoderado, no le salió como planeaba, pero Paloma pidió a su padre que le diera una oportunidad, sin saber que un tiempo después se convertiría en el marido de su hija.
Su matrimonio con Enrique Ponce
Paloma Cuevas y Enrique Ponce, se casaron en la catedral de Valencia, el 25 de octubre de 1996, y fruto de esa unión nacieron dos hijas, Paloma, quien vino al mundo en 2008, y Bianca, quien nació en 2012.
Pero No todo ha sido color de rosa, para la hermosa cordobesa y novia de Luis Miguel.
Un acontecimiento que destrozó a Paloma cuevas y a su familia fue La inesperada muerte de su hermano, que se producía después de que fuera ingresado en el Hospital San Rafael, por un principio de neumonía, que estaba siendo controlada y no hacía presagiar el triste final, qué devastó a la familia en Navidad.
Los restos mortales de Victoriano Cuevas fueron trasladados al Tanatorio de la M30 de Madrid, donde le velaron sus familiares y amigos.
Estas han sido las navidades más tristes para la familia Cuevas-Díaz, ya que esta semana, Victoriano Cuevas Díez, ha fallecido a consecuencia de un infarto con sólo 41 años. Decía el comunicado.
Otro capítulo doloroso en su historia de vida.
Su divorcio del torero
Sin embargo, tras veinticuatro años de matrimonio, la pareja decidía tomar caminos por separados, y en julio de 2020 comunicaron su separación.
Ha sido una decisión muy meditada, tomada de mutuo acuerdo, y desde el profundo cariño y respeto mutuo que nos tenemos, y hemos demostrado durante todo nuestro matrimonio”, escribían.
Y mientras El torero y Ana Soria, blanqueaban su amor en las redes sociales, posteando fotos, como tortolitos enamorados, Paloma Cuevas esperaba su oportunidad, para volver a sonreír, Y como dice el dicho: la que sonríe de último, sonríe mejor.
Una paloma que voló hacia el Sol.
Cambio de rumbo
En ese momento, la vida de Paloma daba un giro inesperado que la obligaba a replantearse, su presente y su futuro, pues durante muchos años, Paloma se dedicó en cuerpo y alma a su familia, a su marido, y a sus compromisos profesionales. Sus viajes, sus obligaciones, y muchas de sus inquietudes personales quedaron relegadas a un segundo plano.
Convertida de nuevo en dueña de su tiempo y de su vida , Paloma se ponía en marcha con varios proyectos empresariales, aunque su pasión primera, la más importante, y a la que más tiempos, esfuerzos, y, dedicación consagra, son sus hijas, aunque también ha dejado un huequito para el amor.
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