No cabe duda que la provincia de Huelva puede presumir de tener unos espacios naturales de ensueño. Uno de ellos, un enclave natural único, distinto, en el que se puede disfrutar de la intensa luz del sur, es la playa del Espigón, la única situada en el término municipal de Huelva.
La historia de esta playa va unida a la del Dique Espigón Juan Carlos I.
Dicho dique de contención de arenas, popularmente llamado “Espigón”, fue construido en el año 1977 para la protección de los calados del Puerto de Huelva. La construcción de este espigón influyó en el génesis de la playa del mismo nombre.
Podemos diferenciar, en cuanto a depósitos de sedimentos, dos periodos dinámicos distintos, separados por la construcción del citado dique. La primera etapa, previa a la construcción, representa un periodo de dinámica natural, mientras que la segunda significa una evolución modificada desde el punto de vista antrópico. De este modo, se observa cómo el dique cortó la circulación mareal de los canales de reflujo, debido a lo cual, todo el sistema de deltas desapareció y parte dio lugar a una playa adosada a la cara expuesta del espigón.
Al mismo tiempo, el espigón ha modificado la orientación de las olas que se aproximan a la costa, invirtiendo el sentido de transporte de arena. Las olas en Huelva proceden del suroeste, lo que da lugar a una deriva litoral que transporta sedimentos de oeste a este, y que es responsable de la construcción de la playa. La zona que queda a poniente del espigón y la que queda al abrigo del mismo, se convertirán en zonas altamente acumulativas.
Entre los principales atractivos de la playa del Espigón se encuentra, sin duda, el encontrarse integrada dentro del Paraje Natural Marismas del Odiel, un enclave declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco en 1983, una de las mayores extensiones de marismas de España, con gran diversidad de especies animales y vegetales, al estar en un punto estratégico de rutas migratorias entre Europa y África.
Esta playa, que se encuentra ubicada entre la ría y la playa de Punta Umbría y las piedras del dique, presenta unas características peculiares que se conforma en torno a un ecosistema dunar muy adverso (suelo arenoso y móvil, pobre en nutrientes y con alto contenido en sales) y expuesto a fuerte insolación. Es una playa de arena fina y dorada, un espacio natural de alto valor ecológico, tranquila, un espacio casi virgen, aislada, ideal para dar largos paseos y la elegida para los amantes de la pesca deportiva, ocio y relajación.
Casi tres kilómetros de dicha playa ha sido equipada por el Ayuntamiento de Huelva de las infraestructuras adecuadas para uso público.
Para este año, dicha playa dispone de dos chiringuitos (uno de ellos en la zona de mascotas), señalización en toda la playa con el objetivo de facilitar la localización de los diferentes espacios, la instalación de un carril para el acceso a los vehículos de los servicios de emergencia, dotación de electricidad y duchas en varios puntos, facilitar el acceso a las personas con movilidad reducida, con una zona específica para ellos en la primera pasarela; zonas de aparcamientos con siete pasarelas que atraviesan las dunas para alcanzar la playa… También este espacio es el ideal para todos aquellos que cuentan con mascota, puesto que se trata de la única playa canina de la provincia de Huelva. Una zona canina, de 2.500 metros cuadrados, que hasta el 30 de septiembre, en el tramo de playa comprendido entre la pasarela cinco y el final de la misma, la estancia y circulación de mascotas es libre.
Todas estas infraestructuras y nuevos equipamientos se llevan a cabo minimizando en todo momento el impacto paisajístico y también asegurando la limpieza y la gestión de los residuos del uso de la playa para que continúe conservando esa imagen virgen.
Desde hace algún tiempo el acceso al dique se encuentra cerrado a usuarios y pescadores ya que la Autoridad Portuaria está realizando una serie de balsas de almacenamiento de lodos tóxicos procedentes del dragado de la ría de Huelva, todo un desastre ecológico en el corazón de un paraje natural.
Esta última parte del texto nos entristece notablemente. Que cosas...
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