Este vídeo es un resumen del estudio “La actividad de promoción de la generación renovable en España”, elaborado por la consultora Deloitte y que presenta la Fundación Naturgy, en el que se explica el desarrollo de la promoción de renovables en España y cuáles son los retos que hay que superar para lograr un exitoso despliegue en nuestro país.
Europa se enfrenta hoy a un doble reto energético: la transición impulsada por la lucha contra el cambio climático, y la búsqueda de una mayor independencia energética. La estrategia de la Unión, en el contexto de crisis actual, pasa por aumentar la generación eléctrica renovable y por el uso de los gases renovables, reduciendo las importaciones de Rusia. En España, el Plan Nacional de Energía y Clima prevé que en 2025 el 60% de la electricidad producida sea renovable; y en el 2030, subir hasta el 74%. Esto supone, durante los próximos ocho años, poner en servicio 60 GW de generación renovable, el equivalente a una vez y media lo desplegado hasta el momento.
Un proyecto de generación eléctrica renovable se basa fundamentalmente en tres fases: una primera de promoción y desarrollo, en la que se hace el diseño técnico de la instalación y se obtienen los permisos necesarios. Una segunda en la que se construye la instalación y la infraestructura de evacuación. Y, finalmente, la fase de operación, cuando se pone en funcionamiento. Tras completar estas fases, si no se puede extender la vida útil de la planta, se desmantela y se recuperan sus equipos.
En España hay unas 4.000 empresas dedicadas a la generación eléctrica renovable, con más de 65.000 instalaciones y una capacidad instalada de más de 70 GW. Además, hay 147GW de potencia eólica y fotovoltaica con permisos de acceso concedidos y otros 20GW en curso, mientras que la capacidad total instalada en España, de energía renovable y no renovable, es de 113 GW. Las diferencias en el desarrollo de renovables son significativas entre las diversas Comunidades Autónomas. Esto se explica, en parte, por la disponibilidad del recurso renovable, pero, sobre todo, por las diferencias en la complejidad administrativa.
Alcanzar los objetivos de despliegue de las energías renovables exige superar los principales retos a los que se enfrenta su actividad de promoción. Además, en los últimos años ha aparecido una cierta oposición social al desarrollo de estas instalaciones. Los ciudadanos creen en los beneficios y la necesidad de desarrollar estas energías, pero cuestionan la ubicación de las instalaciones y el uso del suelo, en competencia con otras actividades como la agricultura o la ganadería.
La lucha contra el cambio climático y la búsqueda de una mayor independencia energética se están traduciendo en muchas políticas para el impulso de la generación renovable. Pero para alcanzar los objetivos de la sociedad, éstas deben ser equilibradas y realistas, afrontando, entre otros, los retos del despliegue masivo de energías renovables.
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