En un mundo lleno de racionalización de productos, encontrar un coche con carácter y personalidad propias, capaz de hacer ver desde el primer kilómetro cuál es su origen es una rareza cada vez más difícil de encontrar. Pero el 308 se hace notar "un Peugeot" desde que empiezas a conducirlo.

Su rodar "a la Peugeot", fluyendo sobre el asfalto mientras oculta y filtra baches, moviendo su carrocería ampliamente pero con perfecto control, genera ese carácter tan "de amortiguador francés" que, al margen de que te guste, le dota de su propia identidad. Y al yuxtaponer esa identidad única con cualidades objetivamente sobresalientes, como son en este caso el silencio de marcha, el confort, la calidad de las butacas, la calidad de los interiores y un diseño muy cuidado, acabas con un coche que tiene mucho que decir en el que fuera el segmento más importante de Europa, el de los compactos.

Hoy los segmento C ya no son coches de 400.000 unidades al año vendidas en el Viejo Continente, pero eso no quita para que Peugeot haya echado el resto para bordarlo con este producto que solventa la movilidad del día a día en modo puramente eléctrico, con esta versión híbrida enchufable, y también los viajes largos, de una manera sobresaliente, refinada y agradable.

Sí, hay productos más dinámicos y deportivos, y sí, vamos a echar de menos la versión GTI, que ni está ni se le espera, pero como solución de "Gran Turismo" escalado al segmento C, este coche es todo un logro para la marca del león francés.

0:00 Introducción, historia y posicionamiento
5:47 Diseño
13:09 Habitáculo
21:59 Técnica
25:00 Cifras
26:11 Dinámica
38:33 Conclusiones

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