CUARTA ESTACIÓN: JESÚS ES NEGADO POR PEDRO
(Mt. 26, 69-75)
Pedro estaba sentado fuera en el patio y se le acercó una criada y le dijo: “También tú estabas con Jesús el Galileo”. Él lo negó delante de todos diciendo: “No sé qué quieres decir”. Y al salir al portal lo vio otra y dijo a los que estaban allí: “Este estaba con Jesús el Nazareno”. Otra vez negó él con juramento: “No conozco a ese hombre”. Poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: “Seguro; tú también eres de ellos, tu acento te delata”. Entonces él se puso a echar maldiciones y a jurar diciendo: “No conozco a ese hombre”. Y en seguida cantó un gallo. Pedro se acordó de aquellas palabras de Jesús: “Antes de que cante el gallo, me negarás tres veces”. Y, saliendo afuera, lloró amargamente.
MEDITACIÓN (Criada)
Al cantar el gallo, Jesús mira a Pedro, y ante un galileo atemorizado como Pedro me crecí, me hice valiente y perversa. Ya conocía a Jesús y su fama… y sentía tristeza al ver a toda esa gente que le acompañaba, porque pensé que Jesús los tenía a todos engañados… pero al ver cómo vivían, me llené de envidia. Pensé que yo había sido descartada por Jesús y por eso aproveché a Pedro para hacerlo carne de mis mejores burlas… y fue entonces cuando vi algo que me hizo rendirme al amor de Jesús… Me sentí perdonada a pesar de mi tanta resistencia, querida en medio de la dureza de mi corazón. Jesús se sirvió de mi para que Pedro se conociera mejor, y Pedro fue el instrumento para que yo me encontrara con su mirada.
ORACIÓN
Señor Jesús. No has venido a condenar, sino a salvar. Pon en nosotros miradas compasivas como la tuya, que no condenen, sino que perdonen.
![](https://i.ytimg.com/vi/bUPWS6LOnT0/maxresdefault.jpg)