Canal Bartimeo
Descubriendo la importancia de llevar una vida cristiana
La comprensión cristiana
La virtud de la comprensión nace en un corazón bueno –como el de Jesús–, generoso, dispuesto a ayudar y servir como lo necesiten los otros.
El simple hecho de convivir abre la necesidad de comprender y ser comprendidos. La soledad que deriva de la incomprensión nos resulta penosa porque la comunicación es naturalmente imprescindible entre los hombres.
Por eso, comprender, ser comprensivos con los demás, es un modo excelente de ejercer la caridad, de mostrar el cariño, de ayudar eficazmente a otros. Se puede decir que ser bueno –entre otras cosas– es ser comprensivo, porque, si uno no lo es, no puede ser bueno con los demás. La caridad, más que en dar, está en comprender.
Entender es una cosa, comprender es otra distinta. Comprender con respeto a los demás no es solo un ejercicio de
la inteligencia que atiende y razona. Se requieren otros factores que capten el fondo de la otra persona, su estado y situación: acogida, aceptación, interés por ella, querer hacerse cargo de lo que le ocurre y necesita.
Cuando estas disposiciones son estables y se actúa así habitualmente, la persona posee la virtud: es comprensiva.
Atención, escucha, apertura, interés, reflexión son los actos que requiere la buena comprensión del otro. Y todo ello se puede resumir en generosidad: un salir de uno mismo para acoger al otro. Cuando encontramos a alguien así, entendemos que se puede contar con esta persona si necesitamos ayuda.
Música: www.motionarray.com
Ещё видео!