En México y en Latinoamérica cada día se ponen más de moda los centros penitenciarios inhumanos, extremistas, dejando al lado la reinserción social.

Son discursos de política barata que le dan al pueblo y le dan a la sociedad, desesperada por la violencia que existe en nuestras
calles, una falsa sensación de justicia, la sensación de que la justicia y la venganza son sinónimos.

Entré en la Ciudad de México al penal de máxima seguridad porque quiero enseñarles que no nos conviene caer en esos discursos de política barata, en esos discursos banales que únicamente buscan generar votos, alimentando el odio en la sociedad, como si eso nos llevara a una construcción de paz.

Acompáñame a conocer el penal de máxima seguridad de la Ciudad de México.

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