Hacia el final de la Edad de Bronce hace 3,200 años, la ciudad de Micenas en el sur de Grecia era una de las potencias marítimas más prominentes del Mediterráneo Oriental. Su esplendor debió ser tal que el poeta griego Homero, la menciona en su epopeya la Ilíada, como gobernada por el Rey Agamenón, quien dirigió la coalición aquea que se enfrentó a la Ciudad de Troya.
Entre los testimonios arquitectónicos de la antigua grandeza de la ciudad, se encuentra el espectacular mausoleo conocido como el Tesoro de Atreo, o a veces también referido como la Tumba de Agamenón. El monumento megalítico está construido a base de horadar el interior de una pequeña colina y luego levantar las paredes de un pasillo que conduce a la entrada del recinto. El dintel de la puerta pesa 120 toneladas y esta rematado por una ventanilla triangular para relevar el peso de la cúpula del techo. Este último tiene una altura de 13.5m, con un diámetro interior de las paredes circulares de 14.5. Las columnas de mármol que se encontraban en la antigüedad al exterior de la fachada, se encuentran en la actualidad exhibidas en el Museo Británico de Londres. El mausoleo esta datado hacia el 1250 antes de nuestra Era.
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