Casi protagonizó Alias, gobernó las mesas de póquer en Edimburgo y ofreció paletas para los indigentes: quizá la mujer que hay detrás de Pam de La Oficina sea más de lo que pensabas. Esta es la verdad oculta de Jenna Fischer.

Jenna Fischer creció en St. Louis. Su madre, Anne, quien era su ídolo, a menudo actuaba en obras de la iglesia, mientras que Fischer y su hermana, Emily, la ayudaban a memorizar sus líneas. A los cinco años, Anne comenzó a enseñarle a actuar en un taller impartido en su escuela. Y mientras que el aprendizaje la hizo darse cuenta de que podría ser actriz, Jenna conoció a un chico en esa clase llamado Sean Gunn.

Años más tarde, cuando se encontró con Gunn en una visita a su casa después de mudarse a Los Ángeles, él le dijo que iba a iniciar su propia carrera de actor. Llegado este punto, la ayudó a hacer una serie de contactos vitales. La hizo participar en un concurso de interpretación que atrajo la atención de la persona que se convertiría en su representante. También le presentó a su hermano James, el director que más tarde se convertiría en el esposo de Fischer. Incluso luego de separarse, Fischer siguió siendo amiga de los hermanos Gunn.

Jenna Fischer dijo al canal de arte HEC-TV de St. Louis que, cuando llegó a Hollywood, puede que tuviera una visión poco realista de lo pronto que encontraría el éxito.

De hecho, continuó diciendo que en ese momento estaba endeudada, sin agente y con unas fotos horribles. Se describió a sí misma como ingenua y deseó tener un mentor que la ayudase a manejar las cosas.

Por eso escribió The Actor's Life: A Survival Guide. No es un libro sobre cómo aprender a actuar, sino sobre cómo navegar por el negocio de la actuación. Aquí señala, por ejemplo, que solo el cinco por ciento de los miembros del Screen Actors Guild ganan más de 100.000 dólares al año. La media es de 52.000 dólares, y eso sin contar con los honorarios de agentes y representantes. Incluso llegar a tener un agente es difícil. Fischer también da consejos basados en su experiencia, y habla mucho de la comida y de aprovechar los buffets, e insta a los actores a guardar la comida para más tarde.

Antes de su gran papel en La Oficina, Fischer escribió, dirigió y protagonizó su propia película, un falso documental llamado LolliLove. Con su entonces esposo, el director James Gunn, la película mostraba a una pareja rica que intentaba mejorar la vida de los indigentes, regalándoles paletas con mensajes inspiradores. Contó con la participación de amigos como Judy Greer, Linda Cardellini y Jason Segel.

Fischer obtuvo el premio del Screen Actors Guild Emerging Actor en el Festival de Cine de su ciudad natal, St. Louis, por el proyecto, y también recibió el premio Tromadance Kodak Independent Soul Award, otorgado a los directores de películas independientes que lo merecen. Sobre la experiencia, Fischer dijo a Playback:

"Fue un trabajo muy duro. La dirección fue agotadora y la escritura fue dolorosa. Fue muy difícil dirigir y protagonizar una película".

Añadió que el equipo era tan reducido en la película que tuvo que desempeñar más funciones además de actuar y dirigir, teniendo incluso que servir el almuerzo. Lo resumió diciendo,

"Se me da bien hacer varias cosas a la vez, pero esto era demasiado para mí. No pude disfrutar de ningún papel como me hubiera gustado. Creo que me quedaré con la actuación. Ese papel fue fantástico".

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