El 22 de junio de 1940, Gran Bretaña se queda sola frente a los Nazis; Francia ha capitulado y el Primer Ministro Whiston Churchill no puede más que musitar palabras de desafío. Gran Bretaña cuenta aún con todos los recursos de su vasto Imperio,integrado por Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, la India y numerosos territorios que declararon rápidamente la guerra a Alemania. Pero se encuentran a miles de kilómetros allende los Océanos y su poder militar no puede ofrecer soporte donde realmente se necesita. La situación parece desesperada. Hitler no duda que Gran Bretaña no tardará en negociar la paz. Pero enseguida Churchill demuestra hasta qué punto está dispuesto a proseguir la guerra contra los Nazis.

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