El cuidado adecuado en el hogar es esencial para reducir la presencia de bacterias y virus en superficies y objetos de uso frecuente, lo cual contribuye a prevenir infecciones respiratorias y otras enfermedades. Algunos puntos clave incluyen:
Toallas, sábanas y fundas de almohadas: Estas superficies retienen humedad, piel muerta y pueden acumular bacterias y virus. Lavarlas regularmente con agua caliente y detergente, al menos una vez por semana, ayuda a eliminar gérmenes y reducir el riesgo de infecciones.
Ventilación adecuada: Ventilar los espacios regularmente mejora la calidad del aire interior al eliminar patógenos suspendidos, reduciendo el riesgo de transmisión de enfermedades respiratorias. Abrir ventanas al menos 30 minutos al día es una medida efectiva.
Cepillo de dientes: Mantener los cepillos de dientes limpios y secos, alejados de otros cepillos y del inodoro, evita la proliferación de bacterias. Cambiar el cepillo cada 3 meses o después de una enfermedad es fundamental.
Manejo del polvo: Limpiar y desinfectar superficies que acumulan polvo, como mesas y electrodomésticos, evita que los patógenos se dispersen en el aire, lo cual puede desencadenar o agravar infecciones respiratorias, especialmente en personas vulnerables.
Estos cuidados, además de prácticas de higiene personal como el lavado de manos frecuente, contribuyen a mantener el hogar libre de patógenos y a disminuir la propagación de infecciones.
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