Los liberales, quienes tenían como presidente a Don Benito Juárez, luchaban por derrocar del poder al Emperador Maximiliano de Habsburgo, quién había sido apoyado por las tropas francesas durante sus años en el poder, sin embargo, por un enfrentamiento con Alemania en 1860, Napoleón III manda retirar más de la mitad de sus tropas de México.
Con tan sólo cuatro estados en sus manos, entre ellos Querétaro, Maximiliano persistió en la lucha. Aquí Maximiliano se atrinchera en el Cerro de las Campanas, ya con la ciudad totalmente sitiada y ahí es capturado y posteriormente fusilado junto con Miramón y Mejía.
Los 3 fueron enterrados en este mismo lugar donde se colocó una cruz sobre la tumba de cada uno de ellos, por lo que este cerro se conoció por un tiempo como el Cerro de las Tres Cruces.
Más adelante se les levantaron unas columnas de cantera, y en 1900 los franceses construyeron la capilla que hoy encontramos en el Cerro de las Campanas. Ahí encontramos una cruz hecha con madera del barco que trajo a Maximiliano a México y que más tarde regresó sus restos a Francia; y una réplica de una pintura de la Virgen de la Piedad.
Años mas tarde el Presidente Díaz Ordaz, mandó construir en este sitio una monumental escultura de Don Benito Juárez en un punto donde, por cierto, la vista de Querétaro es maravillosa.
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