Hong Kong, una ciudad conocida por su riqueza y modernidad, enfrenta una crisis en materia de vivienda que ha dado lugar a las llamadas "casas ataúd".
Estas son diminutas viviendas que oscilan entre 1.5 y 9 metros cuadrados, y que obligan a sus inquilinos a vivir en condiciones de extrema precariedad. El problema de la falta de vivienda es una de las mayores preocupaciones del gobierno, y cerca de 200 mil personas, entre ellas 40 mil niños, viven en estas casas.
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