El término de “huella de carbono” representa la cantidad de gases de efecto invernadero que han emitido los seres humanos a lo largo del año. En concreto, durante el año 2017, los humanos han emitido en torno a 50.000.000.000 de toneladas de CO2, una cifra que no para de aumentar año tras año. Si esa cantidad se repartiese entre todos los habitantes del planeta, equivaldría a 6,27 toneladas per cápita aproximadamente, pero esto sería un reparto injusto ya que existen países con mayores emisiones que otros, por lo que si se reparte la huella de carbono por regiones, los valores cambian. Por ejemplo, países como Estados Unidos, Rusia o China triplican o cuadruplican los valores medios globales. En contrapartida, estados como El Congo, Afganistán o Nepal no alcanzan ni una séptima parte de la media mundial. En el caso de los españoles, nos corresponden unas 7,4 toneladas por habitante. Según el Acuerdo de París, el objetivo sería reducir estos valores para que el aumento de las temperaturas y el impacto del cambio climático no sea tan grave. Por ello, existen multitud de propuestas que la población debería llevar a cabo para alcanzar un desarrollo sostenible como el uso de transporte público, la reducción del consumo energético o el consumo de productos locales antes que los importados.

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Créditos: www.flaticon.com

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