En el nombre de Padre, del Hijo y del Espíritu Santo Amén
UNO: Te ofrezco, mi adorado Jesús, en ayuda de las almas del Purgatorio, los méritos de tus padecimientos y dolores sufridos por nuestra redención. Y comienzo contemplando la sangre que transudó de tu cuerpo por la tristeza y la angustia que te asaltó en Getsemaní. Concédeles, Señor, el descanso eterno y brille para ellas la luz perpetua. (10 veces)
Almas santas, almas del Purgatorio, oren a Dios por mí y yo pediré al Padre que les dé la gloria del Paraíso. DOS: Te ofrezco, mi adorable Jesús, por las almas del Purgatorio, la inmensa aflicción que te oprimió el corazón al ver que Judas, discípulo tuyo, por Ti amado y favorecido, se hizo perseguidor, y con un beso sacrílego te traicionó para entregarte en manos de crueles enemigos.
Concédeles, Señor, el descanso eterno …
Almas santas, almas del Purgatorio, Oren a Dios …
TRES: Te ofrezco, mi adorado Jesús, por las almas del Purgatorio, la admirable paciencia con la que soportaste tantos ultrajes de esa vil soldadesca que te condujo de Anás a Caifás, de Pilato a Herodes, el cual para mayor desprecio, te impuso la vestidura de los locos, entre las burlas y los agravios del pueblo, y te envió al gobernador romano.
Concédeles, Señor, el descanso eterno …
Almas santas, almas del Purgatorio, Oren a Dios …
CUATRO: Te ofrezco, mi adorable Jesús, por las almas del Purgatorio, la amargura que te turbó tu espíritu cuando por los judíos fuiste pospuesto por Barrabás, sedicioso y homicida. Luego atado a la columna, tú, el inocente y el justo, fuiste golpeado con innumerables azotes, sin piedad alguna.
Concédeles, Señor, el descanso eterno …
Almas santas, almas del Purgatorio, Oren a Dios ...
CINCO: Te ofrezco, mi adorado Jesús, por las almas del Purgatorio, la humillación que toleraste, cuando, para tratarte como falso rey, pusieron sobre tus hombros un manto de púrpura, te dieron por cetro una caña, y ciñeron tu cabeza con la corona de espinas, y así Pilato te presentó al pueblo diciendo: “¡He aquí al Hombre!”
Concédeles, Señor, el descanso eterno …
Almas santas, almas del Purgatorio, Oren a Dios ...
SEIS: Te ofrezco, mi adorable Jesús, por las almas del Purgatorio, la piadosa compasión y el dolor profundo que sentiste cuando, con tanta violencia, fuiste separado de tu amadísima madre, que había venido a encontrarte y abrazarte.
Concédeles, Señor, el descanso eterno …
Almas santas, almas del Purgatorio, Oren a Dios …
SIETE: Te ofrezco, adorado Jesús mío, por las almas del Purgatorio, los inauditos tormentos padecidos cuando, extendido sobre la cruz tu ensangrentado cuerpo, fuiste horriblemente traspasado por clavos en las manos y en los pies, y elevado en el ignominioso patíbulo.
Concédeles, Señor, el descanso eterno …
Almas santas, almas del Purgatorio, Oren a Dios …
OCHO: Te ofrezco, mi adorado Jesús, por las almas del Purgatorio, la ardiente sed que padeciste en este tiempo de Calvario, sed de agua, pero también de almas que calmen tan cruel agonía y por la cual recibes tan solo vinagre e ingratitudes.
Concédeles, Señor, el descanso eterno …
Almas santas, almas del Purgatorio, Oren a Dios …
NUEVE: Te ofrezco, mi adorado Jesús, por las almas del Purgatorio, las angustias y las penas que durante tres horas continuas soportaste suspendido de la cruz, y las contracciones que sufriste en todos tus miembros, acrecentadas por la presencia de tu dolorida madre, testigo de semejante desgarradora agonía.
Concédeles, Señor, el descanso eterno …
Almas santas, almas del Purgatorio, Oren a Dios …
DIEZ: Te ofrezco, mi adorado Jesús, por las almas del Purgatorio, la desolación que oprimió a la Virgen Santísima asistiendo a tu muerte, y el pesar de su tierno corazón, acogiéndote exánime entre sus brazos cuando fuiste bajado de la cruz.
Concédeles, Señor, el descanso eterno …
Almas santas, almas del Purgatorio, Oren a Dios …
Oh Dios que concedéis el perdón de los pecados y queréis la salvación de los hombres, imploramos vuestra clemencia en favor de todos nuestros hermanos, parientes y bienhechores que partieron de este mundo, para que, mediante la intercesión de la bienaventurada Virgen María y de todos los Santos, hagáis que lleguen a participar de la bienaventuranza eterna;todos nuestros hermanos, parientes y bienhechores difuntos que han pasado de está vida a la otra por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Dios omnipotente, Padre de bondad y de misericordia, apiadaos de las benditas almas del Purgatorio y ayudad a mis queridos padres y antepasados.
María Madre de Misericordia, asiste a las Benditas Almas, en tus manos bondadosas pongo este acto de amor, y te pido que por la Muy Preciosa Sangre de JesuCristo, hijo tuyo y Señor nuestro, alivie y consuele a las Almas que más sufren, las más olvidas, aquellas que nadie les reza, y por las que más tiempo tienen que padecer ante la Divina Justicia. Amén.
Dadles, Señor, a todas las almas el descanso eterno.
Y haced lucir sobre ellas vuestra eterna luz. Que en paz descansen. Amén.
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