El joven Julio César Capote, de 20 años, se animó a dejar la isla de Cuba en una pequeña embarcación y junto a su tío Chenli Yoan, de 21 años, y los hermanos Josué Gabriel y Karen Rojas Pareta, de 19 y 22 años, respectivamente. A puro remo, intentaron cruzar el Estrecho de Florida, pero las condiciones adversas que se encontraron provocó que el viaje se demorara más de lo previsto. Deshidratados, con quemaduras graves y casi sin conciencia, los hermanos Rojas decidieron no seguir adelante y se tiraron al mar. Los Capote pudieron continuar, pero una correntada les partió la precaria embarcación y Chenli quedó aferrado a un pedazo de gomaespuma que se había desprendido de ella. Pero, no pudo resistir mucho y el océano se lo termino tragando. Totalmente angustiado por la pérdida de su querido tío, Julio César aún tuvo fuerzas para continuar el viaje y así estuvo casi diez días a la deriva. Cuando todo parecía desvanecerse, con quemaduras en su cuerpo, con hambre y mucha sed, apareció un bote de un buen samaritano que le dio agua y comida. Esta persona también llamó a la Guardia Costera, que algunos minutos después pudo rescatar a este migrante, que luego fue trasladado al Jackson Hospital dónde le salvaron la vida y lo curaron de sus heridas.
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