Los Cristianos estamos llamados a: “Amar hasta que duela. Si duele es una buena señal”. Esta es una de las frases célebres de la Madre Teresa de Calcuta. Significa que cruzamos el portal de la ternura y sentimentalismo y entramos a la madurez, fortaleza y dulzura del verdadero amor. Solo ahí podemos encontrar que el amor es lo más poderoso en el mundo, porque ese amor, es el amor del que San Juan nos habla: El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
Explica San Juan Pablo II, en su encíclica, SALVIFICI DOLORIS: El amor es también la fuente más rica sobre el sentido del sufrimiento, que es siempre un misterio; somos conscientes de la insuficiencia e inadecuación de nuestras explicaciones. Cristo nos hace entrar en el misterio y nos hace descubrir el « por qué » del sufrimiento, en cuanto somos capaces de comprender la sublimidad del amor divino.
Como el diálogo de San Pedro y Jesús en el evangelio de la semana pasada, el sufrimiento no hace pasar de la simple “amistad”, la Philia, al amor divino y sobrenatural del Ágape.
Los Cristianos estamos llamados a seguir al Cordero y al Pastor: Jesús.
El Cordero fue inmolado por nosotros, si de verdad seguimos al Pastor, debemos pasar por el mismo camino del Cordero.
![](https://i.ytimg.com/vi/jiiC_tqfTXE/maxresdefault.jpg)