"El Santo del día, una luz que guía nuestro caminar"
Hoy 30 de junio conmemoramos a los primeros santos mártires de la iglesia.
A estos hombres (Pedro y Pablo), maestros de una vida santa, vino a agregarse una gran multitud de elegidos que, habiendo sufrido muchos suplicios y tormentos también por emulación, se han convertido para nosotros en un magnífico ejemplo”, señalaba en una carta a los Corintios el Papa San Clemente I.
Con el anuncio de la Buena Nueva de los Apóstoles, el número de fieles fue cada vez más en aumento. Sin embargo, el Senado romano rechazó esta nueva religión que era contraria a las tradiciones de Roma y la declaró ilícita hacia el año 35 d.C.
Más adelante, Nerón para librarse de la acusación de haber incendiado Roma, culpó a los cristianos, acusándolos de ser una religión maléfica que practicaba el canibalismo, al no entender el sentido de la Eucaristía, y difamándolos como incestuosos, por la costumbre que tenían de llamarse hermanos y darse el beso de la paz.
Fue así que se desencadenó una serie de persecuciones en la que miles de cristianos dieron su vida por proclamar y creer en el verdadero amor de Dios que Jesucristo enseñó.
El martirologio jeronimiano es el primero en conmemorar el martirio de más de 900 personas en tiempos de Nerón con fecha 29 de junio, el mismo día de San Pedro y San Pablo.
Mientras que se le atribuye a San Pío V la primera mención en el Martirologio Romano de estos protomártires con fecha 24 de junio. En la actualidad, la Iglesia los conmemora cada 30 de junio.
Hoy vemos con el corazón roto la masacre que se está perpetrando contra los cristianos del Medio Oriente y África por parte de grupos extremistas musulmanes, un martirio de sangre que nos recuerda las atrocidades de la Roma antigua.
Pero también en el resto del mundo, hemos comenzado a vivir los cristianos tiempos de persecución aunque de manera, hasta ahora, incruenta los integrantes de la iglesia están siendo atacados. Se ofenden sus sentimientos religiosos, se les silencia en los medios de comunicación social, se manipulan con mentira sus palabras, se arremete contra todo lo que los cristianos consideramos sagrado.
Ante estos tiempos adversos, tengamos delante de los ojos "la gran nube de testigos", estos hombres y mujeres del siglo I, que asistidos por la gracia del Espíritu Santo y siguiendo en todo al Crucificado confesaron la fe que profesamos con la sangre de su martirio.
Señor, Dios nuestro, que santificaste los comienzos de la Iglesia romana con la sangre abundante de los mártires, concédenos que su valentía en el combate nos infunda el espíritu de fortaleza y la santa alegría de la victoria.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Tambien en este día recordamos a:
- San Otón de Bamberg – Obispo
- San Ladislao de Hungría – Laico
- Santa Erentrude – Abadesa
- Beato Felipe Powell – Sacerdote y Mártir
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