Hijo mío, tu sonrisa y tu mirada iluminaban
de una forma tan especial nuestra vida
La ternura, el amor con que te acunamos de niño
Ya siendo hombre tú supiste regresarnos

Hijo mío, de tus manos sólo tuvimos caricias
Y también consuelo y curación y arte
Tus escritos, tus aventuras
Tus libros, tus imágenes
Nos quedan como un retrato de tu alma

Hijo mío, lo más grande que hemos tenido en la vida
Es esta oportunidad que tú nos diste
De compartir, de caminar juntos todos estos años
Y aprender contigo hasta el último día

Hijo mío, pareciera como si tú ya supieras
Que en tu calendario no habría muchas lunas
Y por eso hiciste tanto, diste tanto, tantas cosas
A la gente, a tu familia, a tus amigos

Hijo mío, e pequeño te dije que apoyaría
Todo lo que decidieras en tu vida
Y por eso aquí estoy, aquí me tienes apoyándote
Y fiel a mi promesa, fiel a ti

Hijo mío
Se nos rompió el corazón con tu partida
Y nos dueles en el sueño y en la sangre
Sólo el tiempo -nos dicen- acomodará en nuestras almas
Los porqués y los "te quieros", y las flores
Y tu adiós
...
David, un joven, hijo querido de mis queridos amigos Malena y Beto falleció hace un tiempo.
Beto me pidió que le escribiera una canción a su hijo, y me contó cuánto quería a su hijo, y lo que en esos momentos sentía, lo que pensaba y lo que le dolía.
A los pocos días escribí esta canción que intenta reflejar los sentimientos de unos padres ante la pérdida de un hijo.
Va con todo mi cariño como un homenaje a David y a los jóvenes que parten tempranamente.

Rossana Conte Cantautora. Torreón, México.

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