Cuenta una leyenda de larga tradición que, antes de partir a sus campañas por Asia, Alejandro Magno se detuvo en Corinto. Allí, él pidió conocer al filósofo que vivía con los perros. El joven conquistador quedó fuertemente sorprendido. Diógenes no se parecía a ninguno de los otros sabios que hubiese conocido Alejandro, educado por Aristóteles. Diógenes tenía por morada una tinaja, sus únicas posesiones eran un bastón y una especie de mochila que le servía como cobertor para arroparse por las noches, además, siempre estaba rodeado de una jauría de perros. Cuando Alejandro, ya dueño de Grecia, vio las condiciones en las cuales vivía, le ofreció al filósofo cuanto desease: riquezas u honores, pero este sólo le replicó al conquistador: “apártate, que me estás tapando el sol”.
El cinismo se origina en las escuelas filosóficas de la antigua Grecia que reclaman un linaje socrático. Sin embargo, llamar a los cínicos una "escuela" plantea inmediatamente una dificultad para un grupo tan poco convencional y antiteórico. Sus intereses primarios son éticos, pero conciben la ética más como una forma de vida que como una doctrina que necesita explicación.
Lo más importante para comprender la concepción cínica de la ética es que la virtud es una vida vivida de acuerdo con la naturaleza. La naturaleza ofrece la indicación más clara de cómo vivir la buena vida, que se caracteriza por la razón, la autosuficiencia y la libertad. Las convenciones sociales, sin embargo, pueden obstaculizar la buena vida al comprometer la libertad y establecer un código de conducta opuesto a la naturaleza y la razón. Las convenciones no son inherentemente malas; sin embargo, para el cínico, las convenciones suelen ser absurdas y dignas de burla.
Diógenes de Sinope rechaza fervientemente el nomos, o convención, mostrando la naturaleza arbitraria y frecuentemente divertida de las costumbres sociales, religiosas y políticas atenienses y pisoteando la autoridad de los líderes religiosos y políticos.
Los cínicos claramente privilegian la libertad, pero no meramente en un sentido personal como una especie de libertad negativa. En cambio, la libertad se defiende en tres formas relacionadas: eleutheria, libertad o libertad, autarkeia, autosuficiencia y parrēsia, libertad de expresión o franqueza.
BIBLIOGRAFÍA
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