La Virgen Negra de Częstochowa es la más venerada reliquia de Polonia y uno de sus símbolos nacionales. Aunque el Icono de Nuestra Señora de Częstochowa ha estado íntimamente ligada a Polonia en los últimos seiscientos años, su historia previa a su arribo está rodeada de numerosas leyendas que remonta el origen del icono hasta San Lucas quien lo habría pintado sobre una madera de ciprés de la casa de la Sagrada Familia.
Uno de los documentos más antiguos de Jasna Góra establece que la pintura viajó desde Jerusalén, vía Constantinopla, hasta llegar finalmente a Częstochowa en agosto de 1382. A la Virgen Negra se le atribuye la milagrosa salvación del Monasterio de Jasna Góra de la invasión sueca del Siglo XVII, con lo cual se cambió el curso de la guerra. Este evento condujo al Rey de Polonia Juan II Casimiro Vasa a corona" a Nuestra Señora de Częstochowa ("la Virgen Negra") como Reina y Protectora de Polonia en la Catedral de Lwów el 1 de abril de 1656.
La leyenda concerniente a los dos rasguños sobre la derecha del rostro de la Virgen Negra dice que un asaltante husita blandió su espada sobre la imagen y el infligió dos cortes profundos. Cuando el asaltante trató de infligir un tercer corte, el cayó al piso y tembló en agonía hasta que murió. A pesar que anteriormente se quiso reparar estos rasguños, estos volvían a reaparecer.
La Virgen Negra, Częstochowa es considerado como el más popular Santuario de Polonia, por el peregrinaje que realizan cada año muchos católicos polacos.
El 13 de abril de 1904, el Papa Pío X, a petición del obispo polaco Stanisława Zdzitowiecki aprobó la fiesta de la Virgen de Częstochowa, que desde 1906 se celebra el primer miércoles después del 24 de agosto.
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