Las personas con discapacidad a menudo tienen más necesidades de salud que la población en general. En el pasado se pensaba que esta realidad era una consecuencia inevitable para las personas con discapacidad, pero no es así. El verdadero desafío proviene más a menudo de la desigualdad más amplia de acceso a los servicios y procesos de atención médica. La falta de conciencia, el estigma y los prejuicios dan lugar a barreras adicionales a las que se enfrentan las personas con discapacidad. Estos incluyen barreras físicas, digitales, informativas, de actitud, institucionales y culturales. Con una mejor comprensión y conciencia, podemos comenzar a derribar las barreras que impiden que las personas con discapacidad accedan a la atención médica que necesitan, merecen ya la que tienen derecho.
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