Hoy hemos viajado hasta Cuenca para probar un restaurante muy especial: Grotte del Huecar, en el corazón de Cuenca, dentro de una montaña, como si estuviéramos sumergidos en una cueva, en un emplazamiento precioso. Un local que gana tanto de día, como en la noche con una terraza espectacular que brilla mas aun bajo las estrellas.

Hemos tomado varios entrantes, un foie con salsa de frutos rojos y picatostes buenisimo y sorprendente, mezclando dulce con salado croquetas de oso (sabían como a unas migas, esto fue quizás lo que menos nos gusto) y las escandalosas croquetas de jamón y trufa, lo mejor de la noche (repetimos pidiendo mas).

Y luego un par de burgers bastante originales, no solo en su presentación (una venia directamente dentro de una jaula de pajaro y ambas decoradas con un dulce, o bollito de chocolate o algodón de azucar) sino también en sus sabores, una fusionaba un mozzarella derretida casi como salsa con pesto de tomate seco, y la otra el pan de donut y salsa de sirope de arce con el baconcito crujuente y una salsa de cheddar con un toque picante.

De postre una tarta de queso con mango bastante suave, mejorable pero estaba rica, quizás un queso mas potente, mas salsita de mango y mucha mas nube crujiente que estaba realmente rica y hacia un gran contraste, debería implementarse mas en postres, nos gusto mucho en boca.

Muy muy recomendable. Volveremos!

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