La ley de Dios es perfecta en su propósito de revelarnos el carácter santo y justo de Dios, así como nuestra inhabilidad para cumplir perfectamente la esencia de los requerimientos de ella: amar a Dios con todo el corazón, toda nuestra alma y todas nuestras fuerzas. También se nos recuerda que Jesús dijo que el segundo mandamiento más grande era amar al prójimo como a uno mismo, y que esto es ahora la ley del reino, como dice en Santiago 2:8.
Se trata de vivir en la realidad de saber que otro fue juzgado y castigado en nuestro lugar. Santiago, entonces, nos invita en su epístola a considerar las implicaciones de vivir justificados ante Dios por la obra de Su Hijo en nuestro favor al cumplir la ley de Dios a la perfección. “La misericordia triunfa sobre el juicio” (vs. 13) y esas son las Buenas Noticias para ti y para mí.
¡Dios te bendiga!
#Santiago2:12 (NBLA)
#devocionalesmaná
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