Desde su nacimiento Frida Kahlo mantuvo una relación muy cercana con la icónica Casa Azul en Coyoacán, el lugar que presenció los momentos más importantes de su vida.
La Casa Azul es, hasta nuestros días, testigo fiel de la vida de Frida Kahlo. Es el lugar que la vio nacer, sufrir y florecer como artista y hasta el último día de su vida, Frida sostuvo un profundo amor por esta icónica residencia en la Ciudad de México, el cual actualmente resguarda el legado de la pintora como museo.
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