La personalidad histriónica se caracteriza por un profundo deseo de ser apreciado por los demás. Este anhelo constituye su energía vital, impulsándolos a perfeccionar el arte de la seducción, a destacarse mediante la exhibición y a adoptar un comportamiento teatral en busca de aprobación y validación.

Pascual continúa: 'El cuerpo expresa lo que la persona omite; uno puede reprimir su enfado, pero eventualmente el cuerpo lo revelará, exteriorizando el malestar'. Las personas con trastorno de personalidad histriónico, más que cualquier otra, interiorizan las injusticias y el enojo para seguir siendo aceptadas y merecedoras de aprobación. Incluso si el afecto es insano o son solo migajas, tienden a conformarse y 'tragar' más que otras personalidades. Sin embargo, la ira es una emoción primaria que invariablemente encuentra una salida. Si no se expresa de manera verbal y asertiva, puede manifestarse somáticamente en forma de enfermedades físicas reales. En otros casos, pueden llegar a infligir daño de manera encubierta (maltrato psicológico), por ejemplo, asumiendo el papel de víctima para desde allí agredir a quien osa desobedecerles, despreciarles o rechazarles.

Es importante reconocer que la prevalencia del trastorno de personalidad histriónico en la población general y clínica oscila entre el 2 y el 3%. Se estima que un 10% de estas personalidades busca ayuda psicológica, cifra similar a la encontrada en hospitales.

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