La única iglesia de Cristo
Queridos hermanos separados,
Es con gran amor y esperanza que nos dirigimos a ustedes hoy. Como hijos de Dios y seguidores de Jesucristo, compartimos un llamado común: buscar la unidad y regresar a la iglesia que Él estableció, la Iglesia Universal.
En un mundo lleno de divisiones y diferencias, es vital recordar que Jesús nos enseñó a amarnos los unos a los otros y a ser uno en Él. Él fundó una iglesia basada en la fe, la verdad y el amor incondicional. Una iglesia que no se divide por denominaciones o interpretaciones humanas, sino que se une en la adoración y servicio a Dios.
Hemos sentido la falta de su presencia y su participación en esta comunión de creyentes. Sabemos que existen diferentes razones y circunstancias que han llevado a la separación, pero creemos firmemente que es tiempo de mirar más allá de nuestras diferencias y unirnos como hermanos en Cristo.
La Iglesia Universal está abierta a todos aquellos que buscan una relación profunda con Dios y desean vivir de acuerdo con Su voluntad. Aquí, encontraremos un lugar de adoración centrado en Cristo, una comunidad que se apoya mutuamente y una enseñanza basada en las Sagradas Escrituras.
Invitamos a cada uno de ustedes, sin importar su trasfondo denominacional o experiencias pasadas, a que consideren regresar a la única iglesia que Jesús estableció. Juntos, podemos aprender, crecer y servir en unidad, siendo testigos del amor y la gracia de nuestro Señor.
Que la paz de Cristo llene sus corazones mientras consideran esta invitación. Que el Espíritu Santo les guíe y les dé discernimiento. Estamos aquí para recibirles y caminar juntos como hermanos en la fe.
Con amor y esperanza,
La Iglesia Universal
