Rebeldes sirios, respaldados por aviones y carros de combate de Turquía, le arrebataron al Estado Islámico (EI) el control de zonas en la periferia de la ciudad de Al Bab, el último bastión de los yihadistas en la provincia de Alepo, donde seis civiles y dos soldados turcos perdieron la vida en las últimas horas.El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una ONG con sede en Londres y afin a los rebeldes, apuntó hoy que los insurgentes y las fuerzas turcas han intensificado sus ataques contra Al Bab desde la periferia occidental, en un intento de irrumpir en la urbe.En las últimas horas, han tomado el área de Al Sheij Aquil y posiciones de los radicales al oeste de Al Bab, en medio de un ataque simultáneo contra las poblaciones de Qabasin y Bazaa.La ONG indicó que en las últimas semanas se ha producido una importante movilización militar y han llegado refuerzos a la región procedentes de Turquía para apoyar a las facciones sirias y fuerzas turcas que participan en la ofensiva el Escudo del Éufrates contra el EI y las milicias kurdas en Alepo.Esta operación transcurre en paralelo a los ataques de los efectivos gubernamentales sirios, que han avanzado por la periferia sur de Al Bab hasta situarse a unos tres kilómetros.Según el Observatorio, los rebeldes y las tropas turcas tratan de cortar el camino de las fuerzas leales al Gobierno de Damasco hacia Al Bab, una pequeña ciudad de 10.000 habitantes.La ONG reportó que al menos seis civiles que perdieron la vida hoy y doce resultaron heridos por los disparos de artillería contra Al Bab, con lo que aumenta a 296 el número de ciudadanos muertos, entre ellos 59 menores y 32 mujeres, por el fuego de los carros de combate y de aviones turcos en la zona.Además, las Fuerzas Armadas turcas informaron en un comunicado que dos soldados turcos murieron y otros 15 resultaron heridos durante los combates entres las fuerzas turcas y las milicias del Estado Islámico en las afueras de la ciudad de Al Bab, en el noroeste de Siria.Las operaciones militares iniciadas el martes en Idleb, provincia lindante a Alepo, operan en tandem con la ofensiva sobre Al Bab con el objetivo de obturar el flujo de pertrechos a los yihadistas que aún resisten en esta última provincia, y al mismo tiempo cerrar cualquier posibilidad de fuga.Las víctimas de los bombardeos reportados ayer por el OSDH en la ciudad de Idleb ascendieron a 46 muertos -entre ellos 24 civiles, de los cuales 10 son menores de edad- sin que aún se sepa el origen del ataque. Pese a que los Cascos Blancos apuntaron que es posible que el ataque fuera perpetrado por aviones de Rusia, el vocero del Ministerio ruso de Defensa, general Igor Konashenkov, negó en un comunicado que su aviación tuviera como blanco Idleb."Los aviones de la Fuerza Aérea de Rusia no han efectuado ni ayer (martes), ni esta semana, ni incluso desde principios de 2017 ningún ataque aéreo contra la ciudad de Idleb", aseguró Konashenkov en relación al ataque en el que también murieron al menos quince combatientes, de origen asiático y eslavo, así como siete personas cuya identidad todavía no se ha podido esclarecer.El 30 de diciembre pasado entró en vigencia un cese del fuego promovido por Rusia e Irán -aliados del gobierno de Bashar Al Assad- y Turquía -proclive a la oposición- que aceptada por los rebeldes opositores.De esta tregua están excluidos tanto el EI como el Frente Fateh Al Sham, la ex filial de Al Qaeda en Siria.Este acuerdo, ratificado a mediados de enero en una cumbre en Astaná y que tendrá un nuevo capítulo los próximos 13 y 14 de febrero, permitió que anoche las autoridades sirias y grupos rebeldes concretaran un canje de prisioneros en la provincia central de Hama, donde más de un centenar de personas fueron liberadas.El grupo Fuerzas Revolucionarias de Siria, integrado por activistas próximos a la oposición, explicó en un comunicado que el canje tuvo lugar en la zona de la ciudadela de Al Madiq, en Hama.Según esta fuente, las autoridades liberaron a 55 personas, entre ellas mujeres y menores, que estaban presas en cárceles gubernamentales.Por su parte, los insurgentes pusieron en libertad a 54 personas, entre las que había mujeres que fueron secuestradas en 2013 durante combates en el área de Salma, en la vecina provincia de Latakia.Las negociaciones para llevar a cabo este intercambio de prisioneros insumieron dos años.
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