Buscamos una de las principales atracciones del Glaciar Tres Mil, en los Alpes suizos. Y, esta vez, no tenemos que ascender a las majestuosas montañas que se levantan hacia los cielos. Todo lo contrario: para encontrarla tenemos que meternos bajo tierra. Se trata de una cueva de hielo formada por los efectos del cambio climático en el interior del glaciar. La cavidad, de color azulado, tiene 20 metros de largo y cinco de alto. Es asombroso, repite varias veces uno de sus visitantes, extasiado ante esta obra de la naturaleza. La cueva, conocida como "El Molino", cambia de forma cada año. Durante la primavera y el verano, se llena con el agua del deshielo, formando un lago. El otoño ese agua se drena y puede volver a visitarse.
Fuente: ATLAS
