Con motivo de la asunción presidencial de Néstor Kirchner, Fidel Castro visita por tercera vez la Argentina y brinda, por primera vez ante una multitud, un discurso de más de dos horas y media desde las escalinatas de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. El acto oficial, convocado a las 19 horas en el Aula Magna de la facultad y pensado como un encuentro para 800 invitados -entre estudiantes, autoridades universitarias y miembros de los organismo de Derechos Humanos- se ve rápidamente desbordado por la presencia masiva de personas que arriban espontáneamente a las inmediaciones de la casa de estudios. Ante esta situación, los organizadores arman raudamente un escenario sobre la explanada exterior del edificio. Promediando las 21 horas, Fidel Castro se asoma desde un grupo compuesto por personal de seguridad, autoridades universitarias, militantes y periodistas. Luego de entonarse el Himno Nacional Argentino, y dar tiempo para establecer la conexión satelital con Cuba, el acto comienza. Fidel recibe una placa en su honor por parte de los trabajadores de la Universidad de Buenos Aires. Posteriormente, el líder cubano de 76 años, tomado en primer plano por una improvisada cámara, comienza su discurso. La explicación de los avatares y la reorganización sobre la marcha del acto, el recuerdo de Ernesto Che Guevara, la idiosincrasia de los argentinos, y diversos temas de actualidad como el analfabetismo, la inmigración, la deuda externa, el libre comercio, las devaluaciones de las monedas, la democracia, los derechos humanos y el medio ambiente componen el recorrido de su alocución. Varios párrafos también son dedicados a la política exterior norteamericana, el bloqueo contra Cuba y los avances en materia de salud y educación en su país.
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