EVANGELIO DEL SÁBADO 18º DEL TIEMPO ORDINARIO, LA TRANSFIGURACIÓN, 6 DE AGOSTO 2019-CICLO C: Lc 9, 28 36: «EL CIELO EMPIEZA EN LA TIERRA». Si preguntamos a un niño dónde está el cielo, nos señala para arriba, quizá porque la mamá así lo enseña a sus niños desde pequeños. Pero como que no nos ponemos de acuerdo sobre ello. El Astronauta ruso Yuri Gagarín subió al espacio y dijo no haber visto a Dios. Otros astronautas americanos subieron al espacio y empezaron a rezar uno de los salmos cuando experimentaron la presencia de Dios en el esplendor del espacio. Pero los comentarios son como contradictorios. A mí me gusta decir que Dios ya está aquí en la tierra, porque a Dios se le encuentra en todas partes. Y el Evangelio de hoy nos da pautas y caminos.
SUBIR LA MONTAÑA A SOLAS. Jesús invitó a tres de sus discípulos y subió con ellos a la montaña para una experiencia especial. Esta experiencia exigía subir, hacer el esfuerzo de salir de las cosas materiales. Cada uno tiene su propio modo, su tiempo, pero a todos nos toca elevarnos para encontrarnos con Dios. Pero, además a Dios se le encuentra a solas. Dios viene para cada uno en particular, a solas. Dios nos creó a cada uno, nos creó en serio y no somos irrepetibles. Cuando Dios viene quiere encontrarse con nosotros y traernos el gozo, la dicha, y es a solas.
OTRO CAMINO PARA ENCONTRARNOS CON DIOS ES MOISÉS Y ELÍAS. Estando allá arriba en la montaña, se aparecieron Moisés y Elías charlando con Jesús, acerca de todas las cosas que iban a suceder. La Ley y los Profetas, representadas por Moisés y Elías, son los dos caminos para llegar a Dios. Pero, a veces, nosotros más bien preferimos otros caminos personales. Y nos andamos fabricando un Dios a nuestra medida y andamos poniendo otras cosas en el lugar de Dios.
EL OLVIDO DE SÍ NOS PERMITE ENCONTRAR A DIOS. El Evangelio nos dice que Pedro, Santiago y Juan estaban disfrutando de tal manera que Pedro, hablando por todos, sugirió hacer tres chozas. Estaban tan contentos, que Pedro se olvidó de sí y de sus compañeros, para solamente pensar en Jesús, Moisés y Elías. Cuando uno busca a Dios, en el fondo termina olvidándose de sí mismo, o dicho de otra manera, el que se olvida de sí mismo y piensa sólo en los demás termina encontrando a Dios. Cuando estoy pensando siempre en los demás, y lo hago de corazón, con un amor sincero, termino encontrando a Dios.
LOS OÍDOS ATENTOS A LO QUE DIOS PIDE ME HACEN FELIZ. Se es feliz también teniendo los oídos atentos para escuchar qué es lo que Dios me dice y me pide. Los apóstoles escucharon la voz de Dios: “Éste es mi Hijo, escuchadle”. Al responder en cada momento a Dios, estaremos con el alma abierta para aceptar la muerte en cualquier momento, porque estamos llenos de vida y con la esperanza de nuestra resurrección. De eso hablaban Jesús, Moisés y Elías. Si vamos haciendo lo que Dios nos pide, no nos dará miedo morir, porque estamos conscientes de que llevamos la vida en nuestro corazón. Los que están vivos no les da miedo morir. Temen morir los que no llevan la vida en su alma. Quienes vamos viviendo lo que Dios nos pide en cada instante, ya vamos viviendo la alegría de nuestro cielo por adelantado. Y eso es lo que nos da paz en todo momento. ¡Vive con Dios en tu corazón, a quien le vas dando en cada instante tu respuesta! ¡Sigue adelante que te acompañan mis bendiciones y las de Papá Dios! P. Salvador Gómez, L.C.
PONGO MI LINK DE FACEBOOK, por si alguno quiere hacer algún comentario o quiere contactarme: [ Ссылка ]
![](https://i.ytimg.com/vi/opBON606O64/mqdefault.jpg)