Osiris es el dios egipcio de la resurrección, los muertos, la vegetación y la agricultura, a su vez es símbolo de la fertilidad y regeneración del Nilo. También preside el tribunal del juicio de los difuntos en la mitología egipcia. Su padre era Geb y su madre era Nut. Los antiguos egipcios le atribuían la invención del vino.
Su nombre egipcio es Usur o Usir y Unneferth, Perfecto antes y después de nacer, nombre que le dio Mat en su juicio ya que su corazón era tan liviano como una pluma (Unneferth es la transcripción de su jeroglífico).1 En occidente suele nombrársele con la forma helenizada Osiris (del griego Όσιρις).
A Osiris se le representa casi siempre momificado, con la piel verde o negra y los atributos de la realeza, una corona Atef, el cayado heka y el látigo (mayal o nejej) o el cetro uas. El pilar dyed era su objeto sagrado. Aunque raramente, también se le representó con forma de cocodrilo, toro negro, garza, can o de gran pez.
Osiris, como dios agrario, tiene la piel de color verde, pues simboliza el color de la vegetación y la regeneración. El negro está asociado a la tierra negra y fértil que en cada inundación del Nilo aportaba nueva vida al campo. Hay una fuerte conexión simbólica entre el negro y la tierra fértil de Egipto: Kemet.
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