Para abordar adecuadamente el papel de la alimentación en el paciente con cáncer avanzado hay que diferenciar dos grupos de pacientes:
El paciente en etapa terminal es aquel a quien se le ha agotado los tratamientos oncológicos disponibles, con una esperanza de vida de semanas o meses, y que presenta síntomas diversos que pueden variar en intensidad
El paciente en fase de agonía es aquel que presenta una supervivencia limitada a días o pocas semanas.
Se hace énfasis en estas dos fases, ya que la alimentación cumple su función en ciertos pacientes incurables, pero no en los que se encuentran en fase de agonía.
Pará el manejo de los pacientes en etapa terminal es muy importante no sólo disminuir los síntomas, el dolor y el deterioro abrupto, sino tambien no descuidar el componente emocional e intentar satisfacer sus necesidades básicas para el último tramo de vida. La necesidad de calmar la sed o la resequedad no es fácil cuando se depende nutricionalmente de un soporte enteral.
En este caso a pesar de las dificultades anatomofisiologicas del cuadro clínico y la comprensión tumoral sobre la vía aerodigestiva, se hizo un enorme esfuerzo multidisciplinar de diagnóstico y terapéutico en intentar brindar una deglución ineficiente pero con enfoque de confort que le permitió al paciente tener mayor calidad de vida recibiendo estímulos gustativos de confort y emocionalmente afrontar el final de vida.
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