“Siempre se hablaba de solidaridad, pero de pronto empecé a escuchar sororidad y, sobre todo, fue muy visible cuando fui a una marcha del Día Internacional de la Mujer y me conmovió mucho ver a tantas mujeres de diferente edades, estratos sociales, que estaban todas unidas pidiendo respuestas ante un montón de situaciones terribles que pasan en nuestro país, mujeres ayudando a otras mujeres a erradicar la violencia de género, la violencia en sus entornos, a conseguir mejores situaciones laborales, a romper el techo de cristal, a sentirse más cómodas con su cuerpo, en todo este tipo de acciones de apoyo entre mujeres. Hacernos sentir que podemos estar apoyadas por otras mujeres”.

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