El algodón es el material más común para las camisas. Las fibras de algodón se obtienen a partir de los copos (biocópolis) que cubren las semillas de la planta. Después de la cosecha, se inicia la primera fase de elaboración, durante la cual pasa de las escamas al hilo, con el que se producen los tejidos para camisas.
Hilado
Esta fase comienza con la apertura de las pacas: evitando la rotura de las fibras, se prepara el algodón para el desenredado, que limpia las escamas de los agentes externos.
Ahora es posible refinar las escamas con el cardado, una fase que regula el recuento del tejido (es decir, el grosor del hilo). Se crea el primer producto semiacabado, la cinta, de la que se eliminan las fibras cortas y las impurezas para seleccionar sólo las fibras largas, homogéneas y sedosas.
Luego se procede al planchado: poco a poco se va refinando la cinta para obtener el hilo, planchándolo en la medida necesaria y retorciendo definitivamente sobre sí las fibras.
Antes de pasar al siguiente paso, se comprueba el hilo obtenido, que sólo se procesará si pasa determinadas pruebas como la torsión o la resistencia.
Tintura
En esta fase el hilo en bruto se transforma en hilo de color. Después de un tratamiento que elimina las impurezas intrínsecas de la fibra, comienza con el teñido. El hilo es tratado con diferentes productos que mejoran su capacidad de absorción, uniformizan el color y activan determinados procesos químicos.
El hilo se lava y se oxida, lo que elimina el exceso de tinte no absorbido por la fibra y hace que el tinte absorbido sea insoluble en agua.
Finalmente, son secados por centrifugación, que elimina parte del agua absorbida durante la tintura, y por radiofrecuencia, con lo que la fibra alcanza el porcentaje correcto de humedad.
Esta fase también termina con el control de calidad, llevando a cabo varias pruebas, como la continuidad del color a lo largo del tiempo.
Crear un hilo fino a partir de un lazo de algodón es un arte: requiere precisión, experiencia y conocimiento.
Tejido
Esta fase comienza con el devanado. El objetivo es envolver el hilo alrededor de un tubo. Para la urdimbre (hilo vertical que se entrelaza con la trama) se utilizan bobinas cilíndricas, mientras que para la trama se utilizan bobinas cónicas, para mejorar el flujo en el telar.
El siguiente paso es la urdimbre, una fase de preparación para el tejido. Todos los hilos verticales (urdimbres) que conformarán el tejido se colocan uno al lado del otro para crear el patrón deseado. En este punto, los hilos individuales que se tejen (encolado) se fortalecen. Los hilos individuales se distinguen de los hilos retorcidos (que consisten en dos o más hilos enrollados entre sí) por su delicadeza. Por esta razón, los hilos individuales se refuerzan químicamente y luego se secan. La última fase antes del tejido es el encordado, durante el cual se establece el orden de movimiento del hilo para asegurar que se creen tejidos con diferentes estructuras. Por último, se procede a la tejeduría: el hilo de trama se une a la urdimbre a través de un complejo proceso que utiliza telares de alta tecnología. Al final del proceso no existe todavía un producto listo para la producción de camisas de algodón, sino un tejido en bruto que es revisado por personal experto, capaz de eliminar cualquier pequeño defecto debido a la materia prima de origen natural.
Acabado
Esta fase comienza con la preparación de los tejidos: se eliminan las sustancias auxiliares utilizadas en las fases anteriores y las impurezas naturales aún presentes en las fibras (como los pelos salientes) para obtener una superficie lisa, brillante y resistente.
A continuación se procede a la fase de coloración, que puede consistir en la tintura del tejido o en la estampación, que se puede realizar con diversas técnicas (cilíndrica, cuadrada o ink-jet). Posteriormente, el proceso de teñido es seguido de vaporización, para fijar los tintes a la fibra, seguido de una serie de lavados que eliminan impurezas y residuos, y termina con termofijación, que regula las tensiones mecánicas producidas en el interior de las fibras: de esta manera, los tejidos de la camisa se vuelven irrecuperables.
El proceso de acabado final incluye varios procesos que preparan el material textil para su uso previsto. Por ejemplo, es posible hacer una gasa, que forma un pelo particular en la superficie de la tela, haciéndola suave y cálida; o se alisa mediante un calandrado, que le da brillo. Todas estas fases finales ennoblecen el tejido y realzan sus características.
Los tejidos para camisas son creados gracias a una serie de procesos especiales que los transforman y los hacen preciosos, suaves y brillantes.
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