De Karl Marx y Friedrich Engels. Audiolibro.
CAPÍTULO I.
A. HISTORIA.
Para Marx y Engels, el primer hecho histórico fue la producción de los medios indispensables para la satisfacción de las necesidades, es decir, la producción de la vida material misma, por lo que, para hacer historia hace falta estar en condiciones de poder vivir. Pero, en países como Alemania, pareciera que la historia no tiene una base terrenal. Esto se explica porque la división del trabajo, que nace en el seno de la familia, se hace verdadera cuando se separa el trabajo físico del intelectual. En este momento, parece que la consciencia se desprende, imaginándose que representa algo sin representar algo real. La conciencia piensa que puede emanciparse del mundo. Pero lo que ocurre es que la fuerza productora, el estado social y la conciencia (tres momentos históricos) entran en contradicción.
La propiedad privada y la división del trabajo son lo mismo, por lo que el primer germen de propiedad también se da en la familia: la mujer y los hijos son los esclavos del marido. La división del trabajo se refiere a la esclavitud y la propiedad privada al producto de la esclavitud.
La división del trabajo aparece así como un poder hostil ajeno que sojuzga y domina, una cooperación obligada por un poder situado al margen de la voluntad y de los actos de hos hombres. Esta división del trabajo encuentra su resguardo en el Estado, que independientemente de la voluntad de los hombres, como la conciencia, decide las necesidades. Los iusnaturalistas hablan de esto casi como una hierofanía, una aparición divina (una mano invisible), y no es más que el resultado de las contradicciones ya mencionadas.
Mientras que el comunismo, sin propiedad, sin división del trabajo, no es un estado que se implante, un ideal al que se deba sujetar la realidad: es el movimiento real que anula y supera el estado de csas actual, donde cada individuo no tiene acotado un círculo exclusivo de actividades, sino que puede desplegar su voluntad.

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