Existe la idea equivocada de que los implantes, una vez colocados, son para toda la vida y no precisan de ningún mantenimiento, pero esto no es así.

Los implantes hay que mantenerlos igual que se mantienen los dientes, necesitan cuidados periódicos, necesitan limpieza, necesitan control y si un implante se mantiene adecuadamente puede durar para toda la vida pero si un implante no se mantiene seguro que no dura toda la vida y seguro que dura menos que los dientes que ha reemplazado. O sea, hay que realizar mantenimientos periódicos exactamente igual que con los dientes o quizá un poco más. Podemos concluir que los implantes no son para toda la vida y precisan mantenimiento y si el mantenimiento es correcto pueden durar toda la vida.

No obstante, un paciente que ha perdido los dientes puede perder los implantes por el mismo motivo por el que ha perdido los dientes, que es por una enfermedad periodontal no controlada. En resumen, un implante de óptima calidad y bien mantenido puede ser para toda la vida.

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