Con una pintura melancólica, de trazos rápidos, que a veces adquieren la ligereza de la acuarela, Morisot nos introduce de lleno en su propia intimidad, en la delicada exploración de la femineidad. La representación del mundo íntimo femenino fue un asunto tan permanente en su obra que el escritor Paul Valé:ry afirmaba que su pintura podría considerarse «el diario de una mujer expresado a través del color y el dibujo».
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