Los mejores pilotos de combate soportan fuerzas de 9 g antes de experimentar lo que se llama g-LOC, pérdida de conciencia inducida por la gravedad. Un piloto de 88 kg sometido a esa fuerza tiene la sensación de que pesa 796 kg. Con todo, nuestra tolerancia a las fuerzas g depende de la magnitud y duración de la aceleración o deceleración, y de la orientación de nuestro cuerpo.
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