En su sermón, el Cura de Ars, Juan María Vianey, destaca la importancia crucial de la oración en la vida cristiana. Nos recuerda las promesas de Jesucristo, quien asegura que cualquier cosa pedida al Padre en su nombre será concedida. Vianey enfatiza que la oración no solo es una opción, sino un mandato divino y la fuente de todos los bienes y la felicidad en la tierra.
El sermón se divide en tres puntos principales:
La imposibilidad de salvarnos sin oración: Vianey subraya que sin la oración no podemos alcanzar la salvación. Comparando la oración con la lluvia que nutre los campos, indica que esta abre los ojos del alma y nos revela nuestra necesidad de Dios.
El poder de la oración ante Dios: Expone cómo la oración ha sido crucial en la vida de santos como Magdalena, San Pedro y San Luis, mostrando que incluso aquellos que han caído pueden encontrar el camino de regreso a Dios a través de la oración.
Las cualidades de una oración agradable a Dios: La oración debe ser hecha con preparación, devoción, humildad, confianza y perseverancia. Vianey argumenta que muchos no obtienen lo que piden porque oran mal, sin verdadera intención de cambiar o sin saber cómo pedir correctamente.
El sermón abunda en ejemplos bíblicos y de santos para ilustrar cómo la oración bien hecha ha cambiado vidas y situaciones. Vianey recalca que la oración es una conversación con Dios que debe surgir del corazón con sinceridad y pureza de intención. Además, aborda la necesidad de orar constantemente, no solo en momentos de necesidad, sino como un hábito diario que nos mantiene en gracia y nos ayuda a vivir conforme a la voluntad de Dios.
Finalmente, destaca la perseverancia en la oración como esencial, citando ejemplos de santos que oraron durante años antes de ver sus peticiones concedidas. Vianey concluye que la oración es el recurso principal para salir del pecado, perseverar en la gracia y obtener bendiciones divinas, tanto espirituales como temporales.
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