A manera de ofrenda musical, la Orquesta Sinfónica Nacional del Instituto Nacional de Bellas Artes dedica este concierto de la Misa de Réquiem de Giuseppe Verdi a las víctimas de la pandemia de COVID-19 y a sus seres queridos.

Estrenada el 22 de mayo de 1874, esta Misa de Réquiem fue compuesta por Verdi en memoria del poeta italiano Alessandro Manzoni. Escrita por un compositor no creyente, esta obra es considerada por muchos como una de las piezas más profundas del repertorio sacro y una de las creaciones más notables de Verdi. Al respecto, Julian Budden, uno de los afamados expertos en el repertorio verdiano, señala que en esta obra el compositor derramó todos los recursos musicales que había venido desarrollando en el transcurso de veintiséis óperas y que pudo explotar al máximo, sin tener que considerar las demandas que una acción escénica inevitablemente impone.

En relación con su fuerza expresiva, Budden añade que este Réquiem representa además un nuevo acercamiento a la experiencia religiosa en el siglo del romanticismo. Verdi se aleja en mayor medida que Mozart o Rossini de los rituales de la liturgia en un momento en el que la nueva política de división de poderes entre iglesia y estado se mezclaba con la renovación de la búsqueda individual del camino hacia la fe.

Cada una de las siete partes de esta obra maestra ilustra las reflexiones de Verdi sobre la muerte: la interrogante que se abre frente a ese misterio y la búsqueda de un sentido de la vida, que no puede resolverse más que a través de la duda. Así, esta experiencia musical parte de la oscuridad y va hacia la luz, caminando entre la piedad, el terror, el conflicto, la alegría y la incertidumbre, siempre con una gran melancolía.

Esta versión del Réquiem de Verdi fue grabadada en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes en octubre de 2014.

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